Se aplica un tipo impositivo fijo del 24% sobre los primeros 600.000 euros de renta obtenida en España.
A partir de 600.000 euros, el tipo sube al 47% (tras la reforma de 2023).
Esto es más favorable que la escala progresiva del IRPF para residentes, donde los tramos superiores pueden llegar hasta el 54% o más en algunas comunidades autónomas.